lunes, 6 de febrero de 2012

La parte mas sincera de nuestro cuerpo


Fuente: Libro “What every body is saying” (Joe Navarro)

Cuando se interpreta el lenguaje corporal, la mayoría de las personas empieza su observación desde arriba (cara) y va descendiendo, a pesar de que el rostro es la parte del cuerpo que más a menudo se emplea para marcarse faroles y ocultar los verdaderos sentimientos. Mi planteamiento es el contrario. Tras haber llevado a cabo muchos interrogatorios, aprendí a concentrarme primero en los pies y las piernas del sospechoso y a ascender luego en mi observación, hasta que, por último, llegaba a la cara. En lo que a honestidad se refiere, la sinceridad disminuye según vamos ascendiendo de los pies a la cabeza. Por desgracia, en toda la bibliografía de las fuerzas de seguridad de los últimos 60 años, se ha hecho hincapié en la cara a la hora de realizar interrogatorios o de interpretar gente.

En una circunstancia que complica más la posibilidad de obtener una lectura sincera es que la mayor parte de los encargados de los interrogatorios agravan el problema al permitir que el interrogado oculte los pies y las piernas bajo una mesa o escritorio.

Si lo piensas bien, hay buenas razones que explican la naturaleza engañosa de nuestras expresiones faciales. Mentimos con la cara porque eso es lo que se nos ha enseñado desde niños. “No pongas esa cara”, nos gruñen nuestros padres cuando reaccionamos de modo sincero ante la comida que tenemos delante. “Al menos haz ver que te alegras cuando tus primos vienen a visitarnos”, nos indican, y así aprendemos a forzar una sonrisa. Nuestros progenitores y la sociedad nos piden, esencialmente, que ocultemos, engañemos y mintamos con nuestras caras en beneficio de la armonía social. Así que no es ninguna sorpresa que se nos dé tan bien hacerlo. Y, de hecho, lo hacemos tan bien que si ponemos una cara feliz en una reunión familiar, puede que parezca que adoramos a nuestros suegros, en realidad, estamos fantaseando sobre cómo acelerar su partida.

Piensa en ello. Si no pudiéramos controlar nuestras expresiones faciales, ¿por qué tendría que tener algún significado la expresión “cara de póker”? Sabemos una “cara festiva”, pero poca gente presta atención a sus propios pies y piernas, y mucho menos a los de los demás. El nerviosismo, la tensión, el miedo, la inquietud, la cautela, el aburrimiento, la agitación, la felicidad, la alegría, el dolor y demás emociones y estados de ánimo, pueden manifestarse a través de los pies y las piernas. Una significativa caricia de las piernas entre amantes, el tímido pie de una adolescente que se encuentra con desconocidos, la postura de la ira o los nerviosos paseos de un padre expectante son indicadores de nuestro estado emocional que pueden observarse fácilmente al instante.

Si quieres descifrar el mundo que te rodea e interpretar comportamientos con precisión, observa los pies y las piernas; ellos son verdaderamente sinceros en la información que transmiten. Las extremidades inferiores deben considerarse una parte importante del cuerpo cuando se trata de recopilar información no verbal.


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