Fuente: Libro “What every body is saying” (Joe Navarro)
Cuando estamos felices y entusiasmados, andamos como si flotáramos en el aire. Parece cono si a gravedad no pusiera límites a quienes están entusiasmados. Estos comportamientos que son demasiado obvios y aún así, en todas partes a nuestro alrededor, parece ser que hay comportamientos que desafían la gravedad que escapan a nuestra observación.
Cuando estamos entusiasmados con algo o nos sentimos muy positivos sobre nuestras circunstancias, tendemos a desafiar a la gravedad haciendo cosas como mecernos sobre la planta anterior de la planta de los pies o caminar dando pequeños saltitos. Una vez más, se tratas del cerebro límbico manifestándose en nuestros comportamientos no verbales.
Hace poco, observaba a un desconocido hablando por el móvil, de repente, el pie, que había estado totalmente apoyado hasta ese momento, se elevo dejando apoyado sólo el talón, elevando los dedos hacia el cielo. Ese comportamiento puede ser descifrado como una señal de que el hombre ha escuchado algo positivo. Efectivamente, cuando pasé por al lado de él, pude escuchar que decía: -“En serio?… Es genial!!”. Sus pies ya habían dicho eso en silencio.
Incluso de pie e inmóvil, una persona que cuenta una historia seguramente se erguirá, elevándose a una posición más alta, para enfatizar lo que dice, y probablemente lo hará en repetidas ocasiones. Esto se hace de un modo inconsciente. Por consiguiente, estos comportamientos de elevación son unos indicadores muy sinceros, ya que tienden a ser verdaderas expresiones de la emoción asociada. Aparecen en el mismo momento en que se narra la historia y relacionan los sentimientos con las palabras. De igual forma que cuando oímos una canción que nos gusta, movemos los pies al ritmo de esta, también movemos los pies y las piernas en consonancia con algo positivo que decimos.
Un dato interesante es que rara vez se ven comportamientos que desafíen la gravedad en personas que sufren depresión clínica, porque el cuerpo refleja con precisión el estado emocional del sujeto. Es por eso que tendemos a ver más este tipo de comportamientos en personas entusiasmadas.
¿Pueden fingirse estos comportamientos no verbales? Supongo que sí. Sobre todo en los actores extremadamente buenos y también en los eternos mentirosos, pero la gente común no sabe dominar sus comportamientos límbicos. Cuando una persona intenta controlar sus comportamientos límbicos, su actitud parece artificial. Se le ve demasiado pasivo o moderada para la situación, o no lo bastante animada. Un gesto fingido de levantar la mano para saludar no convence. Parece falso porque los brazos no se mantienen levantados mucho tiempo y normalmente los codos están doblados. Este gesto tiene todas las características de ser artificial. Por lo general, los verdaderos comportamientos que desafían la gravedad, son un buen barómetro del estado emocional positivo de una persona y parecen sinceros.
Uno de estos comportamientos que puede ser muy revelador para el observador astuto es el conocido como posición de salida. En este movimiento, la persona mueve los pies de una posición de descanso a una “posición de salida”, con el talón elevado y apoyando el peso en la parte delantera del pie. Se trata de un indicador de intención, que nos dice que la persona se está preparando para hacer un ejercicio físico con los pies. Podría significar que pretende extender más la conversación contigo, que está realmente interesado, o que quiere marcharse. Al igual que con todos los indicadores de intención no verbales, una vez que sabes que la persona está a punto de hacer algo, tienes que basarte en el contexto y en lo que sabes de ella para poder valorar lo que crees que va a hacer.
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